En la creación arbitraria de pesadillas en calma,
Sueños. . .Desvaríos,
impulsos sin sentido.

Verdades mentirosas remilgadas y porosas,

que se acompañan en carriles sucesivos,

que estrellan atmosferas lluviosas por doquier.

Nace y brota poesía,

sencilla. . .Serena. . .

Avasalladora y compleja.

De una animosidad compartida,

alegre. . .Irónica,

obtusa y repetitiva,

se sumerge en la nostalgia,

en la melancolía,

como la excusa provocadora

de insistencia desbocada.

Las delicias del estado,
en que todo parece prestado,
enajenado del mundo para sentirlo profundamente,
astillándose de adentro hacia afuera sin sangrar,
se convierte en una adicción tentadora que se cuela entre las venas
y obliga al cuerpo a abrazar con descaro y sin pena,
los abismos bajos de la desesperación y el desasosiego.

¿Se siente en verdad?

Quizá si. . .

Quizá no. . .

Nadie logra entender la cercanía,

la empatía desarrollada entre la felicidad y la melancolía.

Poco o nada tiene que ver con el sufrimiento.

No es tal.

Es solo un estado desesperante correctivo,

que levanta y abate sin compasión,

Una

Otra

Y

otra vez.

Metiendo todo sentimiento positivo o no,

en una licuadora que se agita. . .

Repica,

se complica y se aplica.

Se restriega,

se cuela,

vertiéndose sin pena,

sin aflicción ni esquema,

por las ventanas mas conocidas del alma.

Son ríos sin nacimiento y mucho menos destino,

que corren libres,

sin complicación ni desvarió.

¿Es acaso un desahogo, o simplemente un desatino?

¡A quien le importa!

Es creación en si misma,

es complejo,

es culpa,

es inocencia,

intensidad difusa.

Es la nada de un todo,

que complejo a su modo,

solo vive en las noches,

con reproches. . .Alegorías ,

metáforas y sin sabores.

Es el estado perfecto para escribir, pero no para estar.