Jugando con las piedras de la añoranza melancólica,
rebotándolas en el salado rio que brota atemporal,
se chocó la puerta que encerraba a la tristeza.
Ecos de sollozos se filtraron por las grietas que bailaron nocturnos, rondando por doquier.
Se ensordeció el silencio durmiendo a la alegría.
Irónico ver como el alma, aun sonreía.
Sadismo, sarcasmo. . .Tal vez poesía.
Cúmulos de inquietudes
en la ceguera de una noche de pena,
que aguardaba en medio de la dicha.
Curiosa de puntillas,
caminando sin malicia,
la ternura tropezó. . . !Abrió la puerta!,
la tristeza salió. . . La empujo y la hizo presa.
Le acurruco en su canto,
la sostuvo con firmeza,
arrullándola. . . Meciéndola.
La luna se desvaneció al ritmo del arrullo,
hasta que el sueño tranco y escondió la puerta.
rebotándolas en el salado rio que brota atemporal,
se chocó la puerta que encerraba a la tristeza.
Ecos de sollozos se filtraron por las grietas que bailaron nocturnos, rondando por doquier.
Se ensordeció el silencio durmiendo a la alegría.
Irónico ver como el alma, aun sonreía.
Sadismo, sarcasmo. . .Tal vez poesía.
Cúmulos de inquietudes
en la ceguera de una noche de pena,
que aguardaba en medio de la dicha.
Curiosa de puntillas,
caminando sin malicia,
la ternura tropezó. . . !Abrió la puerta!,
la tristeza salió. . . La empujo y la hizo presa.
Le acurruco en su canto,
la sostuvo con firmeza,
arrullándola. . . Meciéndola.
La luna se desvaneció al ritmo del arrullo,
hasta que el sueño tranco y escondió la puerta.